En A Guarda, abrazada por el río Miño y el océano Atlántico, la influencia marinera se percibe en cualquier rincón de la localidad.
A Guarda, un mar de experiencias en un entorno mágico…
Su riqueza patrimonial se concentra sobre todo en dos áreas: el Monte Santa Trega, la joya gallega por su Castro y Museo arqueológico con una colección de labras y esvástica, construido como una perfecta atalaya que emerge entre el océano Atlántico y el río Miño.

En el casco urbano, que se desenvuelve en torno al puerto pesquero, representado por sus peculiares casas marineras, estrechas y coloridas que, junto con las calles, casco histórico y diques, convierten a su puerto en un lugar de obligada visita.
Destacan dos recintos fortificados: La Atalaya construida en 1666 y actual Museo del Mar, y el Castillo de Santa Cruz situado en el punto más alto de la villa y construido en el s. XVII para protegerse del reino vecino.
Además, los amantes de la naturaleza cuentan con el Estuario del Miño, playas y rutas para descubrir el destacado entorno natural y patrimonial, como las salinas romanas.
Manteniendo la tradición de los pueblos marineros, A Guarda es conocida también por sus multitudinarias fiestas populares y su excelente gastronomía gracias a la calidad de sus mariscos y pescados de la pesca de bajura. Un arte culinario de renombre que se ensalza con su famosa rosca de yema.

Una recoleta villa marinera que ocupa una posición privilegiada entre el Atlántico y el estuario del río Miño
Un destino imprescindible en Galicia por sus vistas panorámicas, su olor a mar, el sabor de sus platos marineros y el sonido de sus fiestas populares.
+ Info: Turismo A Guarda
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