Tui ha sido y será la niña bonita de la frontera sellada por el padre de los ríos gallegos, el Miño. Con un pasado ilustre, Tui fue, en la edad moderna, capital de las antiguas siete provincias del Reino de Galicia y ciudad episcopal.
Tui en las Rías Baixas, la fortaleza de Galicia…
Es la segunda ciudad histórica más grande de Galicia. Y es que Tui es como una matrioska, esas muñecas rusas que al abrir una encontramos una y tantas otras como una agradable sorpresa.
De su pasado medieval, así como de su época castreña conserva calles, monumentos, casas señoriales, iglesias, conventos, blasones y murallas. Tui también ha tenido gran importancia en la época sueva y visigoda, siendo residencia de reyes y cuna de un notable esplendor medieval.
Constituye un singular ejemplo de urbe medieval y se erige en una pronunciada colina coronada por la Catedral, desde donde parte un complejo laberinto de calles medievales que se extiende hasta el río Miño. Merece la pena perderse en el interior de sus antiguas murallas para ir descubriendo las sorpresas que alberga cada esquina: iglesias, conventos y todo tipo de restos de la presencia judía (existe una ruta temática) que se rematan con la catedral y sus viejas calles empedradas que acogen diariamente a los peregrinos que realizan el Camino Portugués.
Presenta un conjunto histórico-artístico catalogado como el segundo en importancia de Galicia donde destacan los restos de la muralla del siglo XII levantada para defensa de la ciudad. La Catedral, del S. XI, constituye el máximo exponente de su riqueza artística, donde prevalece el estilo románico y gótico. A destacar los órganos barrocos, la sillería del coro, el retablo de la Expectación, la capilla de las Reliquias o el claustro.
Pero Tui es mucho más. Atesora un importante patrimonio vinculado a la comunidad judía, así como el monte Aloia, primer Parque Natural de Galicia. Uno de los principales tesoros de Tui es el río Miño, que crea un espectacular paisaje sobre él que asienta la ciudad. Ahora con ‘Río Miño navegable’ podrás pasear en barco para disfrutar de este enclave tan singular.
No resulta fácil narrar las bellezas de esta ciudad y de sus alrededores. Basta decir que llamó la atención de plumas tales como las de Unamuno o Cela.
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