Elogio a la tierra

La belleza de Asturias no solo reside en su paisaje. Su situación privilegiada entre el mar y la montaña hace que, desde los Picos de Europa hasta la costa, pasando por sus verdes pastos, la vida se desarrolle en total plenitud.

El Paraíso Natural del Principado da, desde su tierra, productos que hacen que la gastronomía asturiana sea un ali-ciente más para enamorarte. Capaces de coronar la excelencia, sus especialidades conquistarán el paladar de todo visitante, además de marcar una identidad culinaria fruto del trabajo escrupuloso durante años.

Una auténtica “Cocina de Paisaje” en la que lo mejor de su tierra corona sus platos tras ser iluminados por el talento de sus chefs y guisanderas. El mimo se nota desde las laderas de las montañas, donde las vacas pastan apacibles, hasta el litoral que da pescados y mariscos de temporada que surten las lonjas.

Asturias se descubre a través de sus platos que, fruto del conocimiento y del mimo hacia los productos que da su tierra, han sabido hacer de ellos un sinónimo de calidad, sostenibilidad, hospitalidad y constante evolución creativa. Donde las variedades de sus quesos alcanzan la friolera de 50 tipos diferentes, contando con nombres propios como Cabrales, Gamonéu, Afuega ́l Pitu o Casín. Un lugar en el que su oro, el líquido patrio, llega de la manzana, y lo mejor de todo es compartirlo.

Ni en las cartas ni en las mesas de cada hogar pueden faltar la fabada, el pote, el “pitu caleya” ni el cachopo de Ternera Asturiana. Mientras que en el centro de su geografía abundarán las cebollas rellenas y los callos, en el Oriente el emberzáu y las verdinas, y en el Occidente el chosco, conformando un panorama tan suculento como sabroso.