Primera en España
La Plaza Mayor nació en la Baja Edad Media como plaza del mercado. Su historia llega a su mejor momento en 1561, cuando Felipe II impulsó su reconstrucción y la convirtió en la primera Plaza Mayor regular de España, inspirando a otras como las de Madrid y Salamanca. El rojo almagre del pavimento y los edificios recrea la apariencia del ladrillo visto que predominaba en el siglo XVI, unos detalles renacentistas que contrastan con la Casa Consistorial, diseñada en homenaje los consistorios medievales con una decoración ecléctica innovadora para su tiempo. Este contraste la convierte en el mejor ejemplo en España de la influencia de la École des Beaux-Arts de París.