Una ventana al pasado
En el corazón de Torre Pacheco se encuentra la solitaria montaña llamada el Cabezo Gordo, un paisaje protegido con gran interés biótico, paisajístico y cultural donde se alberga la Sima de las Palomas. Esta oquedad, que se adentra 20 metros dentro de su ladera sur, es considerada el segundo yacimiento Paleontológico más importante después de Atapuerca. Este cerro de áridos y cuarzo fue declarado Paisaje Protegido en 1998, cuenta con una fauna típica y una flora casi exclusiva. En las profundidades de la sima podrás retroceder 100.000 años. Los neandertales que la habitaban nos hablan de tiempos donde naturaleza y ser humano están conectados en una relación mística y estrecha.

Hasta la fecha, se han encontrado tres esqueletos casi completos del Hombre de Neandertal. Se han clasificado 235 huesos y cincuenta piezas dentarias aisladas, lo que podría representar a unos 14 o 15 individuos, según estimaciones científicas. Uno de los descubrimientos más célebres es el esqueleto “Paloma”, una mujer neandertal con una pelvis bien conservada, considerada la más completa del Mediterráneo europeo. También se han hallado herramientas del Modo Musteriense (industria lítica del Paleolítico Medio), restos de fauna (ciervos, caballos, tortugas, entre otros) y muestras de actividad humana como huesos con marcas de corte. Las excavaciones sitúan los niveles útiles de ocupación entre 130.000 y 45.000 años antes del presente, lo que abarca buena parte del Pleistoceno Medio y Superior.
La “aventura” científica de la Sima de las Palomas comenzó en 1991, cuando un grupo de entusiastas del patrimonio salió en busca de fósiles en la zona. En uno de los descensos por rápel al interior de la cavidad natural, un participante halló restos fosilizados de un maxilar y mandíbula de tipo neandertal, incrustados en una brecha sedimentaria compacta.

Ese hallazgo singular alertó a la comunidad científica, que vio en el yacimiento un gran potencial para descubrir más restos articulados. En efecto, la Sima había sido parcialmente afectada por labores mineras a principios del siglo XX: los mineros, en búsqueda de hierro o del agua del subsuelo, excavaron túneles que alteraron parte del sedimento original. Para excavar correctamente, se construyó a mediados de los años 90 una estructura de andamiaje que permitió acceder a los niveles más profundos.
La importancia de la Sima de las Palomas radica no solo en la abundancia de restos, sino en su estado de conservación y en la conexión anatómica —algo poco frecuente en Neandertales—, lo que ofrece una ventana privilegiada para estudiar su anatomía, comportamiento y entorno. En 2019, la Comunidad Autónoma de Murcia la declaró Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Paleontológica, reconociendo su valor científico, cultural y paisajístico.
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